Esta actividad consistirá en la creación de tres textos
literarios a partir de los tres diferentes géneros que hemos visto en el bloque
5, que son creación en prosa, en verso y dramática.
Creación en prosa:
Nombre de la actividad: OTRO FINAL
Edad con la que se trabajará la actividad: 2º y 3º de primaria (7 – 8 años)
Aspectos:
- Expresión escrita o expresión
oral
-
Creatividad
- Narración
- Descripción
Descripción: cambiar el final de un cuento o de una historia conocida.
Antes
de cambiar el final de un cuento tenemos que tener en cuenta los elementos que
componen toda la historia, ya que un buen final se conecta con elementos que la historia
desarrolló durante su trama, incluso desde el comienzo.
Los
Tres Cerditos (Otro final)
Érase una vez tres cerditos que vivían en un
precioso valle verde cerca de un frondoso bosque. El valle era muy tranquilo y
todas las criaturas que lo habitaban convivían en paz y armonía, jugando,
cantando y divirtiéndose todos los días.
Sin embargo, estos tres cerditos se sentían
inquietos porque últimamente habían oído hablar de un lobo que estaba causando
problemas por la zona.
Un día se pusieron de acuerdo en que lo más
sensato era que cada uno construyera una casa para estar más protegidos de
aquel lobo.
El cerdito más pequeño de los tres decidió
que su casa sería de paja. Durante unas horas se dedicó a recoger y amontonar
cañitas secas y al cabo de un rato, construyó su nuevo hogar. Satisfecho, se
fue a jugar.
El cerdito mediano pensó que la casa de paja
del cerdito menor quizá no aguantara al ataque del lobo, así que se le ocurrió
que una casita de madera sería suficiente para estar seguro, por lo que se
adentró en el bosque y reunió todos los troncos y ramas que pudo para construir
las paredes y el techo. Después de dos días trabajando, finalmente la terminó y
muy contento, se fue a charlar con otros animales del valle.
El mayor de los hermanos, que era el que
mejores ideas tenía, pensó que lo mejor sería construir su casa con algo más
fuerte que la madera. Entonces recordó que había unos ladrillos y cemento fuera
del valle, y que eso aguantaría seguro a cualquier ataque del lobo, así que fue
a cogerlos y comenzó a construir su nueva vivienda.
Cuando los hermanos menores del cerdito mayor
le vieron con los ladrillos se preocuparon porque el lobo podría destruir sus
casas si llegara.
El cerdito mayor, les escuchó, y les dijo que
no se preocuparan, que con estos ladrillos el lobo no podrá derribar su casa, y
así podrían refugiarse en ella los tres cuando viniese.
Al cabo de varias semanas y un gran
trabajo la casa de ladrillo estaba terminada, el mayor de los hermanos se
sintió orgulloso y se sentó a contemplarla.
Cada cerdito se fue a vivir a su propio
hogar. Todo parecía tranquilo hasta que una mañana, el más pequeño, que estaba
jugando en un charco de barro, vio aparecer entre los arbustos al temible
lobo. El pobre empezó a correr y se refugió en su casita de paja. Cerró la
puerta y respiró aliviado. Pero desde dentro oyó que el lobo gritaba que o les
dejaba entrar, o soplaría y soplaría hasta echar la casa abajo.
Y tal como dijo, comenzó a soplar y la casita
de paja se desmoronó. El cerdito, aterrorizado, salió corriendo hacia casa de
su hermano mediano y ambos se refugiaron allí. Pero el lobo apareció al
cabo de unos segundos y gritó otra vez que soplaría y soplaría hasta derribar
la casa si no le dejaban entrar.
Enfadado, el lobo sopló tan fuerte que la
estructura de madera empezó a moverse y al final todos los troncos que formaban
la casa se cayeron y comenzaron a rodar ladera abajo. Los hermanos, desesperados,
huyeron rápidamente y llamaron a la puerta de su hermano mayor, quien les abrió
y les hizo pasar, cerrando la puerta con llave.
El temible lobo llegó y por más que sopló, no
pudo mover ni un solo ladrillo de las paredes, pues era una casa muy resistente.
Sopló, sopló y volvió a soplar pero todo el esfuerzo era inútil… Después de
muchos intentos, el lobo se echó a llorar.
Los cerditos, tras la puerta, no daban
crédito a lo que estaban oyendo. El lobo, desconsolado, no dejaba de llorar.
Entonces el mayor de los cerditos,
boquiabierto, le preguntó que por qué lloraba. El lobo, entre sollozos, le
confesó que estaba muy triste y dolido, ya que nadie del valle quería jugar con
él, ni invitarle a sus casas, y que todos huían de él.
El cerdito mayor, al ver que todo había sido
un malentendido, abrió la puerta y le preguntó al lobo que si sólo quería
entrar lo único que tenía que haber hecho era pedirlo educadamente.
El lobo, al ver que su falta de modales era
la causa de su mala fama en el valle y de que estuviera tan solo, pidió perdón
a los cerditos por derribar sus casas y les prometió que les construiría unas
nuevas mucho más resistentes.
Después les pidió por favor si le dejarían
pasar la tarde con ellos, a lo que los cerditos respondieron con mucha
amabilidad y simpatía invitándole a cenar y cantar con ellos.
Finalmente, todos se lo pasaron genial
cantando y cenando, y el lobo aprendió una gran lección ese día, y es que la
educación abre más puertas que la fuerza.
FIN.
La actividad realizada está ambientada para niños de 2º y
3º de primaria (7 – 8 años) y la estrategia que he usado en esta actividad ha
sido la de “otro final”, por medio de la cual cambiamos el final de un cuento
popular, en este caso el de los tres cerditos. Me ha parecido una muy buena
forma de estimular su imaginación aportando otro punto de vista distinto a la
historia que ya conocemos, y de transmitirles valores tan importantes como la
amabilidad y la educación a través del cuento.
Creación en verso:
Nombre de la actividad: ADIVINANZAS
Edad con la que se trabajará la actividad: 1º de primaria ( 6 años )
Aspectos:
- Expresión escrita o expresión
oral
-
Creatividad
- Estructuración lingüística
- Descripción
- Poesía
Descripción: Se define un objeto sin decir su nombre.
No hay que intentar la rima, es mejor que la definición sea reveladora.
Pueden hacerse a través de adjetivación, comparaciones, metáforas, metonimias…
¿Quién soy?
Soy fuerte como un toro
Soy feroz como un tigre
Soy rápido como una cebra
Soy astuto como un zorro
Soy felino como un gato
Soy…
EL LEÓN.
Para realizar esta pequeña
actividad con alumnos de 1º de primaria, me ha parecido una forma adecuada de
trabajar los versos en formato libro, ya que es una forma más visual y sencilla
para que puedan buscar palabras mediante las que comparar usando su propio
lenguaje, acorde a su edad. Para ello he recortado la silueta de un animal, (en
este caso un león) en cartulinas de colores, ya que me parecen más llamativas
para niños de 6 años, y he añadido a cada silueta una pista para que los niños
pudiesen adivinar el animal del que se trataba.
Creación en drama:
Nombre de la actividad: ESCRIBIR UN DRAMA
Edad con la que se trabajará la actividad: 2 y 3º de primaria (7 - 8 años )
Aspectos:
- Expresión
oral
-
Creatividad
- Paralingüística
- Interpretación
- Expresión no verbal
Descripción: Una vez trabajados algunos
textos dramáticos y realizadas algunas adaptaciones, puede pedirse a los
alumnos que escriban, individualmente o en grupo, un drama breve.
A diferencia de la creación en prosa que hemos trabajado
anteriormente, el texto dramático es un texto escrito, de carácter literario, dispuesto para una
representación en un escenario. Es, por tanto, un elemento que forma parte de
un proceso de comunicación, que se dirige a la representación y a la lectura.
Un caluroso día de verano
deambulaba un gato por la calle en busca de algo que meterse en la boca.
-
¡Qué calor y
qué hambre tengo! – exclamó el gato. Si hubiera alguna manera de atraer a esos
pequeños ratones que se esconden por aquí…
Y de repente, se le ocurrió
una idea.
-
¡Ya sé! Pondré
un trozo de queso en el suelo y esperaré a que aparezcan. – pensó con gran
astucia.
Puso un trozo de queso en
el suelo y empezaron a acudir ratones a su olor.
-
¡Ajá! ¡Os
pillé!
-
¡Oh, no!
¡Corred chicos es una trampa de ese gato malvado!
Los ratones salieron
corriendo despavoridos y uno de ellos fue a avisar a un amigo perro suyo.
-
Señor perro,
¡hay un gato que nos ha puesto una trampa y está cazándonos uno por uno! ¡Tiene
que ayudarnos! – exclamó el pobre ratón desconsolado.
-
Ese gato otra
vez por aquí… Tranquilo, amigo mío. Voy a enseñarle lo que es bueno. – dijo con
tono tranquilizador.
El perro, sabiendo que a
ese gato le encanta el atún, colocó una lata abierta en medio del callejón, y
esperó detrás de los cubos de basura.
-
Ñam, ñam, ¡qué
olor tan bueno! – exclamó el gato mientras se le hacía la boca agua. – ¡Vaya,
una lata entera de atún para mi solito!
Mientras
el gato comía, de repente, el perro se abalanzó encima de él y le mordió el
rabo.
-
Conque te gusta
poner trampas a mis amigos, ¿eh? – le dijo en tono desafiante.
-
¡Lo siento lo
siento mucho! ¡Prometo que no volveré a hacerlo! – respondió el gato asustado.
Y
fue ahí cuando el gato aprendió que siempre hay que tratar a los demás como
nosotros queremos que nos traten.
*
Bibliografía/Webgrafía:
- Apuntes del Bloque 5
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarLa prosa y el verso están perfectos. El libro.. te faltaría unir las páginas para que realmente lo sea. El drama (obra de teatro) es lo que no se corresponde. Debería ser así:
ResponderEliminarNarrador: Un caluroso día de verano deambulaba un gato por la calle en busca de algo que meterse en la boca.
Gato:¡Qué calor y qué hambre tengo! Si hubiera alguna manera de atraer a esos pequeños ratones que se esconden por aquí…
Narrador: Y de repente, se le ocurrió una idea.
Gato: ¡Ya sé! Pondré un trozo de queso en el suelo y esperaré a que aparezcan.
(...)